Se acabó el frío
Anduve a casa borracho, muerto de frío. Dudando entre si había vuelto a perder el abrigo o si ni siquiera lo llegué a sacar de casa. Todo estaba oscuro, daba igual la hora, igual que daba igual en qué momento había perdido al grupo. Y bien sabría Dios lo poco que me importaba si él me hubiese llegado a importar alguna vez.
Entre zigzagueos sorteé a un vagabundo que dormía en la calle. Entre me da iguales pensé en la pobreza, la guerra, la muerte… y me seguía dando igual.
Tristeza. Cabreo. No eran ni las 10. Patada a una caja a final de mes. Grité como uno de esos borrachos de Youtube. Injustificado y totalmente irracional.
Finalmente llegué y entré en la cama. Entonces ella pasó un brazo por encima y me besó. Cerré los ojos y se acabó el frío, la oscuridad ya no daba miedo, la pobreza dejaba de existir un rato y la muerte se transformaba en vida. Supuse que eso era felicidad e intuí que esa mierda tan corta pero intensa era lo que llamaban amor. Y joder si lo era.